Paseando... [Libre]

Después de salir de su departamento, Sawako y Fausto caminaban juntos por el centro comercial mirando las tiendas una por una tomados de la mano y muy románticos.

Entre las muchas tiendas que había, encuentran una librería Sawako emocionada lleva a Fausto adentro, admirando todos y cada uno de los libros que veían ahí.

- Me encanta leer ¿y a ti? -

Le pregunta mientras veía libros sobre vampiros.

Sonrojada toma el libro que Fausto le regalo y le sonríe dulcemente.

- Te lo agradezco, lo leeré con mucho entusiasmo -

Sutil y suavemente tomo la mano de Fausto y salieron de la librería, dirigiéndose a una fuente que había en el centro de todo el lugar, se sentaron un momento ahí juntos y ella se acerco más a el para apoyar su cabeza en el hombro de Fausto.

- Soy tan feliz... por fin soy tan feliz, me gustaría que viajáramos a Japón a que conocieras a mis padres... -

Sentada en la fuente con su amado, prestaba atención a todos y cada uno de las personas que paseaban por el lugar, algunos rostros eran conocidos, pero su actitud antisocial no le daba para más que solo observarles.

En ese momento algo llamó su atención en ese momento, era un peculiar postre helado echo de leche y nata conocido vulgarmente como Helado, lleno de colores y con un tamaño realmente atrayente.

Inmediatamente su estomago, incontrolable, le provocó unas inmensas ansias de conseguir uno igual pero de chocolate, quizás lo encontraría en la heladería grande de la entrada del centro comercial.

- Fausto-sama... quiero un helado -

Le pidió amablemente, mientras giraba para mirarle fijamente a los ojos y sonreirle dulcemente, mientras posaba una de sus manos sobre las de él.

- Si quieres, podemos comer los dos, también te gusta el chocolate ¿no? -

Su voz dulce y tímida, demostraba su verdadera personalidad aunque ella no le gustaba admitirlo, siempre considerando a los demás e impulsada por el antojo, se levantó de su asiento y camino directamente hacia el helado, no veía nada más que el helado, llegando hasta donde ella, la chica pelirroja con un MP3 estaba ubicada.

- Disculpa, ¿en que heladería compraste eso? -

Por un momento no se dio cuenta de la persona a la que le hablaba, cuando fijó su vista un poco más en la persona, su cara sonriente cambió a una sorprendida.

- Tsukiumi-san? -

La música sonaba tan movida, su canción favorita comenzaba a correr en su reproductor, disfrutaba tanto de ese momento en los que gozaba de su postre que comenzó a mover su cabeza al ritmo de la música.

De repente, frente se le acerco una persona, una joven de un hermoso pelo negro, con cuidado levanto su mirada para verla, mientras se retiraba con elegancia sus auriculares con una mano mientras que con la otra sostenía su helado.

- Con gusto

Declaro la joven peli roja quien se levantó muy sonriente, siendo muy gentil en mostrarle el local, mas siendo tan sorpresiva que aquella joven musito con aquella tierna voz, su nombre. Con lo que aquellos orbes carmesí, respondió inmediatamente aquella chica quien parecía conocer a la enigmática peli roja que por muy pocos segundos le miro fijamente también expresando una gran sorpresa.

Al tenerla de frente vio en aquella joven frente a ella, la imagen de una pequeña se encimo, siendo que la identifico inmediatamente.

- Kuronuma-sama!!... que alegría encontrarte aquí

Con sumo respeto y cortesía, le habla por su apellido, siendo que esta sorpresivamente se abalanzara sobre ella abrazándole con efusividad, hacía varios años que no se avía visto, después de que ella se fuera a estudiar al extranjero.

- Que ha sido de ti Kuronuma-sama?

Pregunto después de soltarla con cuidado pero aun exponiendo esa sonrisa tan contagiosa, mas en ese momento, alguien se acercaba a donde se encontraban las dos jóvenes, era un chico que parecía estar acompañando a la joven de pelo negro, al escuchar cómo se dirigía a su rencontrada amiga de la infancia, rápidamente la chica peli roja se voltio con gracia sobre la punta de su pie derecho, con tal gracia que era contangiante su gran efusividad.

- Mucho gusto, soy Tsukiumi Kisaragi… encantada en conocerle

La chica realizo un inclinación formal típica del oriente de su región, siendo que su rostro mirara al suelo y sus manos completamente abiertas, con aquella delicadeza se lograban juntar las yemas de sus dedos posándose sobre las rodillas de la joven en esos instantes en los que se presentaba ante el chico, en lo cual volvería a erguirse con una amplia sonrisa dibujada en su rostro, en espera de como actuarían ante inesperada presencia en aquel lugar.

Sonríe ampliamente al ver que Tsukiumi la reconocía perfectamente a pesar de los años que se habían dejado de ver, ya que desde muy temprana edad, Sawako fue inscrita a escuelas privadas en Japón que la obligaban estar dentro mucho tiempo y apartarse de sus amistades.

- A mi también me alegra mucho encontrarte aquí Tsukiumi-san -

Le sonríe amablemente mientras tomaba la mano de su amado que la había abrazado por la espalda.

- Los presento, Fausto, ella es Tsukiumi, amiga mía de la infancia en Japón, y Tsukiumi, el es Fausto mi reciente pareja y compañero de universidad aquí en Inglaterra -

Después de presentarlos, se hace a un lado para que los dos se den la mano, mientras entrecruza sus brazos por detrás de su espalda mientras sonreía feliz.

- Bueno, me encuentro aquí dando un paseo... estoy muy feliz de verte, así podríamos ir los 3 a comer un delicioso pastel, yo invito -

Dice alegremente, mientras toma del brazo a ambos, entrecruzándolo con sus codos, quedando en medio de ellos dos.

Luego de la cordial presentación de su tan lejana amiga de esos tiempos de infancia, esta simplemente sonrió como siempre solía hacerlo.

- Deberán disculparme, pero no deseo incomodar a un pareja… dos son compañía, tres son multitud

La chica peli roja dio un inesperado abrazo a su rencontrada amiga.

- Nos veremos en otra ocasión, aun andaré por la ciudad de vacaciones… Nee.. Sayonara!!

Sin mas, inesperadamente salió corriendo alejándose de la pareja.